
Llegan esos días en las que el mundo es un absurdo. En mi caso, porque es un sentir de muerte. Al fin y al cabo, moriré. Y no hay nada más. No recordaré nada más. Para qué todos esos para qué’s. Y allí, caigo en ese ocaso aún más absurdo que engañarse con el sentido.
Buscar afanosamente a un ídolo: a un filósofo tan elocuente y lúcido; capaz de conocerse a sí mismo. El hombre más sabio de todos, vamos, díganme quién es. Que me responda todas estas sandeces que me cruzan el estómago, y que evito vomitarlas entre la multitud. Cada vez que encuentro a esa figura: se mancha, vuelve a parecer tan humano. Los grandes hombres, más animales que yo. Somos esclavos de nuestro cuerpo, de nuestra biología, de nuestro tiempo y nuestra cultura. Y qué nos queda: el absurdo. Muchos kilómetros al Oeste, en este mismo instante, un africano se mutila. Un gringo se suicida. Un filósofo descubre un nuevo juego de palabras. Una suiza tiene un orgasmo. Y yo, que wea hago, escribo. Por la mierda: ¡Por qué si no elegí vivir no quiero suicidarme!
A lo mejor es un período. O a lo mejor será un período que durará toda la vida... Es parte de la "esencia" o de lo que lo quieras llamar, de un reflexivo filósofo. Después quizás dejes ese vacío y comiences con otras ideas. Pero desde la nada, a mi parecer, comienzan las grandes y NUESTRAS ideas.
ResponderEliminarTe quiero chocha.
bkn lo q está entre los signos de exclamación.
ResponderEliminary q pulento q sea una suizaa (L) :D
.. escribir x lo menos ayuda a buscar un sentido; escribir x escribir.