lunes, 23 de enero de 2012

El hombre más triste






El hombre más triste no es el que está solo.
El hombre más triste es el que no se tiene a sí mismo,
el que no se reconoce en el espejo,
el que elegiría cualquier cosa menos despertar
en ese cuerpo,
con esa vida,
con ese mundo muerto
en su memoria,
imaginando otros universos
en los que están todos menos él.

El hombre más triste eres tú, y no posees
nada,
nada más que tus lágrimas esparcidas por tus manos,
mientras te abrochas la corbata,
mientras saboreas un café
y limpias tus dientes con tu lengua,
mientras besas a las desconocidas
y te tiritan las piernas,
mientras escuchas canciones
que nadie reconoce,
que están en tu cabeza,
mientras observas la felicidad
de los otros.

Le robas el disfraz al transeúnte
más cercano,
le das la mano a los demás para saber si existes,
si piensan lo mismo de ti.

El hombre más triste lo niega,
está muerto,
¿lo entienden?
no tiene más que a una copa de vino,
una mosca rodeando,
un cigarro que le quema la garganta,
una foto de sí mismo,
y una futura
pintura de lo que nunca fue,
de lo que pudo haber sido,
de lo que podrías ser, de lo que podrías hacer.
El hombre más triste eres tú.
Eres tú.

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